Sunday, March 8, 2009

Asfalto


Cuando camina a su lado el tiempo se detiene, las noches siempre se derriten en madrugadas azul añil, el rocío ilumina el pavimento creando aureolas de luz, encendiéndolo todo como si estuviera cubierto de oro.

Bebe demasiado a su lado, porque lo espera, espera que al final cuando esté cansando, exhausto de bailar con alguna de esas chicas de piernas largas y delgadas, la mire a la distancia, en medio del bar y le haga la seña secreta que los dos comparten. Una seña que para él solo significa sexo y una cama limpia en la cual dormir. Para ella es el alfa y el omega, es el ‘la acepta usted como su legítima esposa’, es la promesa de que tal vez esta vez sí se quedará con ella por siempre.

Caminando por el asfalto mojado, escucha a la distancia el extraño motor del camión eléctrico del lechero. Recuesta la cabeza en su hombro. Cada paso que da, el asfalto la acerca a los cortos instantes de felicidad que disfruta cada viernes. Minutos que transcurren mientras se queda dormida oliendo el pelo de su amante, susurrándole al oído los nombres de los hijos que tendrán, deseando que siempre estén juntos. El sueña con serpientes, animales fantásticos, batallas que debe ganar y valkirias en su cama. No se da cuenta de que lo que los une es el piso sobre el que caminan, el asfalto es lo único verdadero que tienen, ese largo y efímero camino dorado.

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