Friday, February 5, 2010

That’s why...Por esto

Mirando las prensas del periódico Por esto, reflexiono sobre el sentido de nuestra profesión como periodistas. Miro las máquinas que en este momento podrían estar girando, haciendo un ruido tremendo, salpicando tinta y aceite, llenando trozos de papel de color y caracteres. Pienso en mi bisabuelo Ortiz linotipista en el Diario Excélsior, quién durante sus largas noches de trabajo, escuchó el enviciado estruendo al lado de sus letras de plomo, y su interminable café y cigarrillo. ¿Quienes están detrás de la magia del periódico que se imprime en esos lienzos de papel? , me pregunto yo…solo puedo pensar en el reportero, el periodista, esa persona que sale a la calle a formularse las preguntas que son, a hablar con la gente que es, a contar lo que ve y lo que se ve. Son sus palabras las que son plasmadas con tinta en el papel y la venta de estas es la que mantiene a cientos de familias en el periódico. ¡Qué responsabilidad tan grande! Sólo ahora puedo entender el peso de mi profesión recientemente descubierta y adoptada. Mi profesión no se comprende estando encerrada en cuartos climatizados, rodeada de computadores y televisores mostrando las noticias de la cadena CNN. Mi profesión se comprende mirando a la distancia la prensa de linotipo que cristaliza las ideas en tinta y papel. Mi profesión se honra reconociendo que primero que nada y siempre está la palabra y que esta ya sea en formato impreso, radial, de video, fotográfico o digital es la que mueve máquinas inmensas creadoras de verdades.

Lost in translation

Pasando de un idioma al otro es una práctica común en la Escuela de Periodismo Auténtico. Nos encontramos frecuentemente en espacios en los que queremos decir mucho y debemos frenarnos y tomar pausas y traducir. ¿Es posible traducir el ímpetu? ¿Es posible compartir la emoción, la pasión o el asombro? Creo que si lo es. Me identifico con Sidi, el compañero de Madras –aunque él dice que no es políticamente correcto llamar a su tierra así- y con la mirada y con gestos me muestra la espera paciente que la traducción de la última broma, anécdota o concepto teórico del que hablamos. Me solidarizo con Wendy, ella se queja en Garífuna y en español de la forma en la que usamos demasiado inglés, creo que uso demasiado inglés sin duda cuando trabajo. Pasar de un idioma a otro es un lujo para muchos y una aspiración para otros. En el caso de la vida global actual es una necesidad imperiosa poder hablarnos en un lenguaje que podemos comprender todos. No existe un lenguaje global. Ese es uno de los grandes desafíos en los que reflexiono este día.

Mérida, Yucatán, 5 de Febrero 2010